El desnudo en la Antigua Grecia
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El desnudo es un motivo constante en la antigua Grecia para los escultores y pintores. La cerámica griega pintada presenta multitud de cuerpos desnudos. Este motivo ocupa así una parte importante de las representaciones figurativas que nos han llegado de este período, principalmente en las pinturas y esculturas y cerámica. Su estudio es parte de la historia antropológica, estética, social y religiosa del antiguo mundo griego.
La representación del cuerpo desnudo se renovó constantemente a lo largo de este largo período, desde el siglo VIII a. C. hasta el período geométrico, luego hasta la Época Arcaica, la Grecia clásica y el período helenístico hasta el siglo I. Este código artístico se ha transmitido mucho más allá en el espacio y el tiempo: en Egipto, Asia Menor y hasta el Gandhara helenístico, luego al mundo romano en el período imperial.
Las figuras griegas de desnudo adoptan muchas formas dependiendo de las prácticas artísticas (por ejemplo, la escultura griega en piedra o bronce, la cerámica) y de los objetos y su función (por ejemplo, esculturas de tamaño humano en espacios públicos/vasos de vino para banquetes, depositados en tumbas).
Se trata de representaciones asociadas a objetos particulares, cuyo uso es significativo de hechos culturales y sociales; pero en la vida cotidiana, en la vida real, excepto en los entrenamientos deportivos, los griegos estaban vestidos. «Desnudo» se refiere a la representación del cuerpo humano en un estado de desnudez, y en cualquier estado que aluda a su posible desnudez, aunque no esté exactamente representado. Estas representaciones del cuerpo en un estado de más o menos desnudez total son tratadas de manera muy diferente dependiendo de si la figura es ideal u horrible. Los griegos emplean así dos códigos: el desnudo ideal, que hace referencia a la autonomía y la excelencia, tanto física como psíquica, de los griegos, sus héroes y sus dioses, y el desnudo horrendo, indicativo de una devaluación social (obreros, artesanos, esclavos...), física (los «enanos» asimilados a niños y los pigmeos más o menos míticos) o psíquica (el dios Príapo, los sátiros) cuya horripilancia hace reír a la gente. El desnudo aparece por primera vez en las estatuas de hombres (el kuros), símbolos de la autonomía, el arte griego que privilegia al hombre musculoso y fuerte que constituye la «belleza ideal». La historia de las representaciones del cuerpo femenino, más o menos desnudo y a veces desnudo, es más matizada, dependiendo de las figuras representadas y de la función de estas representaciones; el naturalismo idealizado para la primera estatua de culto a la diosa Afrodita, en el siglo IV a. C., forma parte del movimiento de ideas que caracteriza a la época.
Desde la antigüedad, la permanencia de este motivo, el desnudo, ha sido uno de los elementos centrales de la cultura occidental.