Anexo:Heráldica de los apellidos asturianos
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Basado en el libro ‘‘Heráldica de los apellidos asturianos’‘, escrito por D. Francisco Sarandeses Pérez, editado en 1966, por el Instituto de Estudios Asturianos. Los dibujos tratan de representar las imágenes de los escudos que aparecen en dicho libro.[1]
En algunos casos, hay pequeñas modificaciones con respecto al escudo que aparece en el libro.
El origen de la palabra “Apellido”, viene de la llamada del rey a la guerra, durante la Edad Media recibía este nombre, y su origen está a su vez de la palabra latina “appellitare” que significa “llamar o proclamar”.
Hasta finales del siglo X, a las personas se les conoce por su nombre sencillo, a veces unido a la referencia de su lugar de procedencia u ocupación, a partir de esta época aparecen los primeros apellidos patronímicos, es decir, derivados del nombre del padre, lo que da lugar al linaje, en base a esa unión con el topónimo. Esta forma de identificar a las personas se generaliza en el siglo XIII. De la realidad de estos apellidos compuestos nos podemos dar cuenta al leer cualquier libro de Historia de esa época.
“A partir del año 1836 dejó de tener interés al hecho de conservar tras el primer apellido o patronímico el segundo o toponímico, representativo de la Casa Solar, y así se perdió la mayoría de estos últimos.” [2]
Como hemos apuntado, los apellidos patronímicos, significan "hijo o descendiente de", y se caracterizan, en la mayoría de los casos, por su terminación en "ez". Esto hace que las diferentes familias que ostentan un apellido de este tipo, no tienen por qué tener una relación entre sí o un origen común. Esta es la razón de que sean tan abundantes.
Hay que tener en cuenta que, el tener un determinado apellido, no significa que le corresponda un escudo de los que aquí se representa con la misma denominación. Los escudos son por linajes, y un mismo apellido puede tener más de un escudo, por pertenecer a diferente rama familiar, o ninguno, por no haber sido concedido a lo largo de su historia.
Por lo tanto, para saber si le corresponde un escudo, debe adentrarse en su árbol genealógico e investigar si sus antepasados tuvieron el blasón descrito, o puede encontrar documentos que acrediten que le pueda corresponder otro distinto.[‘‘n’‘ 1]
Los esmaltes utilizados son los tradicionales en la heráldica española, salvo cuando se indica “al natural” o “de su color”, expresión desaconsejada en los blasonamientos, pero repetida frecuentemente al describir escudos.