Arquitectura neoclásica en Rusia
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La arquitectura neoclásica en Rusia se desarrolló durante la segunda mitad del siglo XVIII, especialmente después del ascenso al trono de Catalina II, que se convirtió en emperatriz de Rusia el 28 de julio de 1762.[Mi. 1] Allí, hasta aproximadamente 1760, se siguen encontrando espacios al gusto rococó del italiano Bartolomeo Rastrelli (véase el palacio de Invierno). Fue Catalina la Grande quien introdujo el neoclásico en la capital, encargando a un arquitecto francés, Jean-Baptiste Vallin de la Mothe (1729-1800), algunos palacios, como la Academia Imperial de las Artes.
En 1779, Giacomo Quarenghi (1744-1812) aceptó la invitación de viajar a San Petersburgo,[Pe. 1] donde permaneció durante el resto de su vida, convirtiéndose en el arquitecto oficial de Catalina II;[1] entre 1780 y 1785, transformó San Petersburgo en una capital moderna siguiendo el ejemplo de una ciudad clásica. Construyó muchos palacios y puso de moda un original estilo monumental, de inspiración palladiana, reencontrable, por ejemplo, en el a la vez sobrio y austero palazzo inglese del parco di Peterhof (1781-1789, destruido) más que en el más rico Teatro del Hermitage (1782 -1785).[Mi. 2]
Al mismo tiempo, también estaba activo el escocés Charles Cameron (1743-1812), autor de la Galleria Cameron en el palacio de Catalina en Tsárskoye Seló, donde retomó el estilo del inglés Adam,[Mi. 2] y el palacio del Gran Duque Pablo en Pávlovsk, construido en 1781 y 1796. En el parque del palacio de Pávlovsk, Cameron erigió el primer templo dórico de toda Rusia.[Mi. 3]
La moda del neoclásico que comenzó con Catalina la Grande alcanzó su punto culminante con Alejandro I.[2] El palacio de la Bolsa de San Petersburgo, diseñado por el francés Jean-François Thomas de Thomon en 1804 es un ejemplo significativo de la arquitectura neogriega inspirada en el templo de Hera en Paestum.[3] La Bolsa, erigida mientras Andréi Voronijin construía la catedral de Kazán, y a la que luego siguieron el inmenso Almirantazgo (de Andreián Zajárov, 1806-1815, que se hace eco de las proporciones en gran escala de Boullée), la catedral de San Isaac (cuyo dibujo, realizado por el francés August de Montferrand, se basa en el Panteón parisino) y la arquitectura italianizante de Carlo Rossi (por ejemplo, el Palacio del Senado (1829-1834) y el palacio Mijáilovski (1819-1825), hicieron de San Petersburgo, con sus fachadas en estuco coloreado y emergentes detalles en blanco, una de las ciudades más consistentemente neoclásicas de Europa.[Pe. 2] Junto con Rossi, el arquitecto neoclásico más importante de San Petersburgo fue Vasili Stásov, a quien se deben las extensas casernas y establos incluyendo iglesias con cinco cúpulas y el último juego de la ciudad, el arco de triunfo en la vía a Moscú (1834).[Pe. 3]
Aunque Moscú fue también afectado por el estilo neoclásico y, aunque con episodios interesantes, nunca alcanzó los resultados de San Petersburgo.[Mi. 2] El nombre ligado a muchas arquitecturas clasizantes de Moscú es Matvéi Kazakov (1738-1812), que fue responsable del Palacio del Senado en el Kremlin. En lugar de ello, a finales del siglo XVIII, una serie de edificios clasizantes de Moscú son reconducibles al mencionado Giacomo Quarenghi, al cual, a raíz de Kazakov, fue seguido por los arquitectos como Domenico Gilardi (que se remonta al estilo imperial) y Ósip Bové (activo durante la reconstrucción de la ciudad después del desastroso incendio de 1812).
- Charles Cameron, Templo de la Amistad (1781-1784) en el parque del palacio Pávlovsk, junto al río Slavyanka
- Giacomo Quarenghi, Instituto Smolny (1806-1808)
- August de Montferrand, catedral de San Isaac (1818-1858), San Petersburgo