Canadá en la Segunda Guerra Mundial
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La historia de Canadá en la Segunda Guerra Mundial comienza con la invasión alemana de Polonia el 1 de septiembre de 1939. Aunque las Fuerzas Armadas canadienses terminaron participando en casi todos los teatros de la guerra, la mayoría del combate estuvo focalizado en Italia,[1] el noroeste de Europa[2] y el Atlántico norte. En total, alrededor de 1,1 millones de canadienses sirvieron en el Ejército canadiense, la Marina Real Canadiense, la Real Fuerza Aérea Canadiense y en fuerzas de todo el Imperio, sufriendo aproximadamente 42 000 bajas, mientras que otros 55 000 resultaron heridos.[3] Durante la guerra, Canadá fue objeto de ataques directos durante la batalla del San Lorenzo y en el bombardeo de un faro en Estevan Point, en la Columbia Británica.[4]
Los costes financieros ascendieron a unos 21,8 mil millones de dólares entre 1939 y 1950.[5] Para cuando terminó la guerra, Canadá tenía la cuarta fuerza aérea[6] y la tercera armada más grandes del mundo.[7] La marina mercante canadiense realizó más de 25 000 viajes por el Atlántico[8] y 130 000 pilotos aliados fueron entrenados en Canadá gracias al Plan de Formación Aérea de la Comunidad Británica. Durante el día D, el 6 de junio de 1944, la 3.ª División Canadiense desembarcó en la playa de Juno, Normandía, junto con las fuerzas aliadas. La Segunda Guerra Mundial tuvo un efecto cultural, político y económico significativo en Canadá, contando la crisis de reclutamiento de 1944, que afectó a la unidad entre los francófonos y los angloparlantes. El esfuerzo bélico reforzó la economía canadiense y el estatus mundial de Canadá.[9]