Clavo de fundación
De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
En Mesopotamia, un clavo de fundación, clavo de consagración o clavo de dedicación es una pequeña escultura, usualmente en arcilla, que lleva textos inscritos en caracteres cuneiformes, que se embebía en las paredes de los templos o edificios para dejar constancia que eran propiedad divina del dios a quien estaban dedicados y dar solidez mágica a los mismos.
Fueron utilizados por los sumerios y otras culturas mesopotámicas desde el III milenio a. C. Los que llevan figuras de dioses (llamados "dioses de clavo") y son de cobre o bronce, fueron realizados sobre todo en la época de Gudea, príncipe de Lagash. Se han encontrado en la casi totalidad de los templos del renacimiento sumerio. Posteriormente habría representaciones de los gobernantes locales y hay casos con representaciones de animales.[1]
Además, conos de arcilla sin inscripciones, pintados de diferentes colores fueron utilizados por los sumerios para crear patrones decorativos de mosaico en paredes y pilares dentro de los edificios, así como para añadir fortaleza a la estructura.
En el Antiguo Egipto se utilizaban conos funerarios, en cierta forma similares, que utilizaban la base del cono, como superficie a escribir.