Timbre orquestal
De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
El timbre orquestal ha sido un elemento especialmente cuidado desde el siglo XVI hasta nuestros días, definido a veces como color orquestal. El uso consciente del timbre en general y del orquestal en particular, está en la base de los movimientos más novedosos en música desde el Romanticismo, Beethoven, a otros, como el futurismo, la música concreta, la música electrónica, etc. o fundamental en grandes orquestadores como Wagner, Berlioz, Richard Strauss o Rimski-Kórsakov.
El timbre es la cualidad del sonido que permite diferenciarlo de otro emitido por otros instrumentos o voces. El timbre lo producen sonidos parciales armónicos.[1] El timbre depende de la cantidad de armónicos que tenga un sonido y de la intensidad de cada uno de ellos. Por la cualidad que llamamos timbre es posible diferenciar sonidos de igual frecuencia fundamental o tono, e intensidad. Es la cualidad que confieren al sonido los armónicos que acompañan a la frecuencia fundamental.
El interés por el timbre creció entre los compositores occidentales desde el siglo XVI hasta el siglo XX, en que la organología llegó a ser una ciencia especialmente considerada y que tiene por objeto:
”la enumeración, descripción, clasificación e historia de los instrumentos, incluso de los menos importantes, que se han usado en todas las civilizaciones y en todas las épocas de la humanidad, a fin de producir sonidos o ruidos en el intento puramente estético o sin otra finalidad que la religiosa, mágica o práctica.” (André Schaeffner)[1]