Pintura de Portugal
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La escasez de restos pictóricos en Portugal antes del siglo XV dio lugar a la formación de la creencia de que la pintura del país floreció sólo desde el Renacimiento, sin embargo, la falta de ejemplos concretos no significa que las sociedades locales de la antigüedad, la formación precursor el Estado portugués actual no practicar este arte y, al contrario de lo que generalmente se supone, pintura de Portugal tiene una tradición histórica. Desafortunadamente, por circunstancias diversas, la mayoría de las obras producidas hasta mediados del período Gótico desapareció, y las pocas que sobreviven son por eso mismo de extraordinaria preciosidad, siendo los únicos testimonios de un linaje artístico que data de la Prehistoria. A partir del Renacimiento, de hecho, coincidiendo con la fase de los descubrimientos y el establecimiento de diversas colonias más allá del mar, las grandes riquezas que pasaron a afluir a la metrópoli sirvieron como poderoso estímulo para la intensificación del intercambio cultural y comercial con el resto de la región Europa y para un desarrollo acelerado e importante en todas las artes, beneficiándose lógicamente de la pintura de este nuevo contexto. Desde entonces, la historia de la pintura en Portugal está mucho mejor documentada, y sus obras se conservan hoy en varios museos y colecciones privadas nacionales y extranjeras.