Etiqueta energética de la Unión Europea
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La Directiva 92/75EC[1] estableció un etiquetado informativo del consumo energético. La directiva se implementó mediante otras directivas.[2] Por consiguiente, la mayoría de electrodomésticos y vehículos deben disponer de una etiqueta energética de la Unión Europea visible a la hora de comprarse o alquilarse. La etiqueta clasifica la eficiencia energética del producto mediante una escala de la A a la G, siendo «A» la más eficiente y «G» la menos eficiente. Las etiquetas también proporcionan otros datos de interés para el cliente a la hora de elegir entre diferentes modelos. Las información también debe mostrarse en catálogos y debe ser incluida en los sitios web de los vendedores.
En un intento para continuar con los avances en cuestión de eficiencia, se han introducido las clasificaciones «A+», «A++» y «A+++». En 2010 el diseño de la etiqueta se modificó para que use pictogramas en lugar de palabras con la finalidad de que una misma etiqueta sirva en diferentes países. Las exigencias se van adaptando según avanza la tecnología y lo que en 2020 eran A++ en la actualidad puede ser una D.
La Directiva 92/75/EC fue sustituida por la Directiva 2010/30/EU[3] y entró en vigor el 31 de julio de 2011, y nuevamente fue reemplazada por el Reglamento 2017/1369/UE a partir del 1 de agosto de 2017. Los requisitos de etiquetado actualizados entraron en vigor en 2021. La fecha exacta depende del reglamento delegado respectivo (por ejemplo, las etiquetas del lavavajillas cambian el 1 de marzo de 2021).