Ocupación de las repúblicas bálticas
ocupación de Estonia, Letonia y Lituania por la Unión Soviética o la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, y a la presencia soviética en el Báltico desde 1940 hasta el restablecimiento de su independencia / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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La ocupación de las repúblicas bálticas implicó la ocupación militar en junio de 1940 de las tres repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) por parte de la Unión Soviética, bajo los auspicios del Pacto Mólotov-Ribbentrop.[1][2] Luego, estos territorios se incorporaron a la Unión Soviética como repúblicas constituyentes en agosto de 1940, aunque la mayoría de las potencias occidentales nunca reconocieron y ni aceptaron esta incorporación forzada y en buena medida arbitraria.[3][4] El 22 de junio de 1941, la Alemania nazi atacó la Unión Soviética y en pocas semanas ocupó los territorios bálticos. En julio de 1941, el Tercer Reich incorporó el territorio báltico en su Reichskommissariat Ostland. Como resultado de la ofensiva báltica del Ejército Rojo de 1944, la Unión Soviética recobró la mayoría de los Estados bálticos y atrapó a las fuerzas alemanas restantes en la bolsa de Curlandia hasta su rendición formal en mayo de 1945.[5] Esta "ocupación o anexión" soviética (en alemán: Annexionsbesetzung) u ocupación sui generis[6] de los Estados bálticos, duró hasta agosto de 1991, cuando los tres países recuperaron finalmente su independencia.
Los propios Estados bálticos,[7][8] los Estados Unidos[9][10] y sus tribunales de justicia,[11] el Parlamento Europeo,[12][13][14] el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas[15] han declarado que estos tres países fueron invadidos, ocupados e incorporados ilegalmente en la Unión Soviética en virtud de las disposiciones[16] del Pacto Mólotov-Ribbentrop de 1939. Siguió la ocupación por la Alemania nazi de 1941 a 1944 y luego la ocupación por la Unión Soviética de 1944 a 1991.[17][18][19][20][21][22][23][24] Esta política de no reconocimiento ha dado lugar al principio de continuidad legal de los Estados bálticos, que sostiene que de jure, o como cuestión de derecho, los Estados bálticos habían permanecido como Estados independientes bajo ocupación ilegal durante el período de 1940 a 1991.[25][26][27]
En su revaluación de la historia soviética que comenzó durante la Perestroika en 1989, la Unión Soviética condenó el protocolo secreto de 1939 entre Alemania y ella misma.[28] Sin embargo, la Unión Soviética nunca reconoció formalmente su presencia en el Báltico como una ocupación o que anexó estos Estados[29] y consideró a las Repúblicas Socialistas Soviéticas de Estonia, Letonia y Lituania como tres de sus repúblicas constituyentes. Por otro lado, la República Socialista Federativa Soviética de Rusia reconoció en 1991 los eventos de 1940 como "anexión".[30] La historiografía rusa nacionalista-patriótica[31] y los libros de texto escolares continúan sosteniendo que los Estados bálticos se unieron voluntariamente a la Unión Soviética después de que todos sus pueblos llevaron a cabo revoluciones socialistas independientes de la influencia soviética.[32] El gobierno postsoviético de la Federación Rusa y sus funcionarios estatales insisten en que la incorporación de los Estados bálticos se realizó de conformidad con el derecho internacional[33][34] y se ganó el reconocimiento de jure por los acuerdos celebrados en las conferencias de Yalta de febrero de 1945 y Potsdam de julio y agosto de 1945 y por los Acuerdos de Helsinki de 1975,[35][36] que declararon la inviolabilidad de las fronteras existentes.[37] Sin embargo, Rusia aceptó la demanda de Europa de "ayudar a las personas deportadas de los Estados bálticos ocupados" al unirse al Consejo de Europa en 1996.[38][39][40] Además, cuando la República Socialista Federativa Soviética de Rusia firmó un tratado por separado con Lituania en 1991, reconoció que el 1940 la anexión como una violación de la soberanía lituana y reconoció la continuidad de jure del Estado lituano.[41][42]
La mayoría de los gobiernos occidentales sostenían que la soberanía báltica no había sido legítimamente anulada[43] y, por lo tanto, seguía reconociendo a los Estados bálticos como entidades políticas soberanas representadas por las legaciones, designadas por los Estados bálticos anteriores a 1940, que funcionaban en Washington y en otros lugares.[44][45] Los Estados bálticos recuperaron la independencia de facto en 1991 durante la disolución de la Unión Soviética. Rusia comenzó a retirar sus tropas de los países bálticos (a partir de Lituania) en agosto de 1993. La retirada total de las tropas desplegadas por Moscú finalizó en agosto de 1994.[46] Rusia finalizó oficialmente su presencia militar en los países bálticos en agosto de 1998 al retirar la estación de radar Skrunda-1 en Letonia. Las instalaciones desmanteladas se repatriaron a Rusia y el sitio volvió a ser controlado por Letonia, y el último soldado ruso salió del suelo báltico en octubre de 1999.[47][48]