Primer arbitraje de Viena
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El Primer arbitraje de Viena fue un acuerdo territorial alcanzado por mediación y presión alemanas entre Hungría y Checoslovaquia en noviembre de 1938. El tratado corrigió la frontera entre Hungría y Checoslovaquia basándose en la distribución «étnica», después de que, tras la Primera Guerra Mundial, se firmase el Tratado de Trianon en 1920, que privó a Hungría de cerca del 70 % de su antiguo territorio y creó una numerosa minoría magiar en Checoslovaquia. Al final de la Segunda Guerra Mundial, se abrogó el tratado y el territorio cedido por el arbitraje a Hungría fue devuelto a Checoslovaquia.
Primer arbitraje de Viena | ||
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Anexiones territoriales húngaras durante entreguerras y la Segunda Guerra Mundial. Territorios recuperados en el arbitraje | ||
Firmado |
2 de noviembre de 1938 Viena | |
Firmantes |
Reino de Hungría Checoslovaquia Reich alemán Reino de Italia | |
Partes | Hungría y Checoslovaquia | |
Los cambios territoriales de la posguerra mundial habían incluido la entrega de Rutenia y de territorios con importante población magiar a Checoslovaquia. Mientras que la minoría rutena deseaba en su mayoría permanecer en el nuevo Estado —si bien deseaba reformas autonomistas—, este no era el caso de la mayoría de la población magiar, que prefería la vuelta a Hungría a pesar de la mejora de su situación económica en muchos casos. Hungría, por su parte, centró su política exterior de entreguerras en la recuperación de los territorios perdidos.
La crisis del sistema creado en Versalles a finales de la década de 1930 y, en especial, el enfrentamiento entre Checoslovaquia y Alemania sobre la minoría germana en Checoslovaquia permitió que Budapest albergase esperanzas de lograr el ansiado cambio fronterizo. Su temor a depender excesivamente de Alemania y su debilidad militar frente a los países vecinos, sin embargo, le condujo a tratar de forjar alianzas alternativas con Polonia e Italia para lograr sus objetivos.
Los Acuerdos de Múnich no pusieron fin a las disputas entre Budapest y Praga pero, gracias a la insistencia de Mussolini, el problema de la minoría magiar se incluyó en los anexos y se dispuso que las partes negociasen sin la intervención de potencias durante tres meses. Las conversaciones entre los dos países tuvieron lugar a comienzos de octubre de 1938, pero resultaron un fracaso. Finalmente las dos naciones solicitaron el arbitraje de Italia y Alemania, que contó con la aprobación tácita del Reino Unido y Francia. El trazado firmado en Viena el 2 de noviembre entregó más de 11 000 km² y alrededor de un millón de personas —la mayoría, magiares— a Hungría, aunque esta no logró todas las ciudades que deseaba o el total de Rutenia. El territorio permaneció en manos de Hungría durante toda la guerra pero el arbitraje y sus disposiciones fueron abrogados al final de la Segunda Guerra Mundial; la zona eslovaca volvió a Checoslovaquia y Rutenia se incorporó a la URSS.