Religión en la Unión Soviética
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La Unión Soviética fue un Estado ateísta desde 1922 hasta su disolución en 1991, en el cual la religión se prohibió y en gran medida fue perseguida.[1]
De acuerdo con diversas fuentes soviéticas y occidentales, más de un tercio de la población del país profesaba alguna creencia religiosa.[1]
El cristianismo y el Islam tenían la mayoría de los creyentes. Los cristianos pertenecían a diversas iglesias: ortodoxa, que tuvo el mayor número de seguidores; católicos; y bautistas y varias otras denominaciones protestantes. La mayoría de los fieles islámicos fueron suníes. El judaísmo también tenía muchos seguidores. Otras religiones, las cuales fueron practicadas por un número relativamente pequeño de creyentes, incluían el budismo y chamanismo.
El papel de la religión en la vida cotidiana de los ciudadanos soviéticos varió enormemente. Dos tercios de la población soviética, sin embargo, eran irreligiosos. Aproximadamente la mitad de la población, incluidos miembros del gobernante partido comunista y funcionarios de alto nivel del gobierno, profesaban el ateísmo. Para la mayoría de los ciudadanos soviéticos la religión era irrelevante.[1]
Antes de su colapso a finales de 1991, las cifras oficiales sobre la religión en la Unión Soviética no estaban disponibles.