Historia de la Argentina entre 2003 y 2023
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La historia de la Argentina entre 2003 y 2023[n. 1] se ha caracterizado por la elección en cuatro oportunidades del peronismo-kirchnerismo (2003, 2007, 2011 y 2019) y una vez del macrismo-radicalismo (2015). Sobre el final del período sucedió la pandemia mundial por COVID-19 (2020/2021), cerrando con las elecciones presidenciales de 2023, en las que ganó un candidato liberal-libertario, por primera vez en la historia mundial.[1]
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Historia de la Argentina entre 2003 y 2023 | ||
desde los primeros habitantes a la actualidad | ||
Historia precolombina de Argentina | ||
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Durante el apogeo de la Guerra Fría | ||
Recuperación de la democracia y globalización | ||
Kirchnerismo y macrismo | ||
Actualidad | ||
Ubicación de la Argentina (incluyendo a las Islas Malvinas, la Antártida Argentina y otros territorios reclamados) en América del Sur, y situación comparativa en un planisferio.
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El período se inició con la recuperación de la gran crisis de diciembre del 2001, causada por el estallido social debido a la convertibilidad económica entre el Peso Argentino y dólar estadounidense, dando paso al default de su deuda externa, generando así una enorme conmoción social, que puso a más de la mitad de la población bajo la línea de pobreza, con casi un tercio de desempleo y salarios licuados por la inflación.
En las elecciones presidenciales de 2003, Néstor Kirchner venció al menemismo representado por el propio Carlos Menem, cuando este último renunció a presentarse al balotaje.[3][4] Durante este período el Congreso inició el procedimiento de juicio político contra cinco miembros de la Corte Suprema, motivando la renuncia de tres y la remoción de otros dos.[5] Se anularon las leyes de impunidad, y se reabrieron los juicios por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura, en los que cientos de represores fueron condenados a prisión.[6]
Se destacan el impulso a la desarticulación del ALCA, se canceló la deuda con el Fondo Monetario Internacional y se realizó una reestructuración de la deuda externa con una fuerte quita. El PBI creció de 97 000 millones US$ en 2002, a más de 329 000 millones US$ en 2007.[7] El desempleo se redujo del 17,9% en 2002 al 8,5% en 2007.[8] La política laboral restableció las paritarias anuales (negociaciones colectivas entre patronos y sindicatos), dispuso la fijación anual del salario mínimo por acuerdo tripartito, reduciéndose el trabajo no registrado de 50% en 2003 al 39% en 2007.[9] La inflación fue moderada, aunque con tendencia al ascenso: pasó del 5,3% de 2004[10] a un estimado en torno al 15 o 20% para 2007,[11] aunque las estadísticas oficiales informaban una tasa considerablemente menor.[12]
En las elecciones presidenciales de 2007, el kirchnerismo volvió a triunfar llevando como candidata a Cristina Fernández de Kirchner por el Frente para la Victoria, la primera mujer argentina que encabezó una fórmula presidencial ganadora de las elecciones argentinas. Durante su mandato (2007-2011) se reestatizó el sistema de Seguridad Social, creó la Asignación Universal por Hijo, renacionalizó Aerolíneas Argentinas, aprobó la ley de matrimonio igualitario, derogó la Ley de Radiodifusión de la época de la dictadura militar, sancionando una nueva Ley de Medios. En el ámbito internacional impulsó la creación de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). A poco de iniciar su período enfrentó un extenso paro patronal agropecuario apoyado por manifestaciones masivas del sector agroganadero, debido a la política oficial de impuestos a las exportaciones.
En las elecciones presidenciales de 2011, el kirchnerismo (Frente para la Victoria) triunfó por tercera vez, dando como ganadora a la candidata Cristina Fernández de Kirchner, superando con un 54%, más votos que las dos elecciones anteriores.
Durante su segundo mandato se aprobó la Reestatización del 51% de las acciones de la petrolera YPF, se extendió la jubilación para amas de casa y trabajadores precarizados, se aprobó las leyes de Servicios de Comunicación Audiovisual, se sancionó la Ley de Identidad de Género, se entregó millones de computadoras portátiles a niños, niñas y adolescentes de las escuelas públicas en todo el país a través del programa estatal Conectar Igualdad, se aprobó un nuevo Código Civil y Comercial y se impulsó el desarrollo del sector industrial, destacándose la puesta en órbita el 16 de octubre de 2014 del satélite ARSAT-1, un satélite de comunicación geoestacionario por parte de la empresa estatal ARSAT, habiendo sido construido por la empresa argentina INVAP. Posteriormente, el 30 de septiembre de 2015, se lanzó el ARSAT-2, el cual al igual que el anterior fueron puestos en órbita desde la Guyana Francesa. Con el desarrollo y puesta en órbita de estos satélites, Argentina pasó a formar parte del selecto grupo de países de la industria espacial global.[13] Asimismo, estaba previsto dentro del Plan Nacional Espacial, el lanzamiento del satélite ARSAT-3, pero dicho desarrollo quedó en suspenso debido al cambio de administración política producida por el triunfo del macrismo en las elecciones del año 2015.
Durante los dos períodos de Cristina Fernández de Kirchner, a la par de que se redujo sustancialmente la pobreza, desocupación y el trabajo no registrado, se duplicó en buena medida la clase media argentina[8][14]; y también tuvo una fuerte confrontación jurídico-mediática entre el gobierno y el mayor conglomerado de medios de comunicación del país, el Grupo Clarín.[15]
En 2012 comenzó un período de dificultades económicas y deterioro de los indicadores sociales en el marco de la Gran Recesión mundial del año 2008, y especialmente la crisis económica en Brasil del 2014, con una inflación cercana al 30%; aunque los datos oficiales indicaron tasas menores.[16] Debido a la coyuntura mundial y regional, el Gobierno Argentino tomó medidas como el establecimiento de regulaciones para la compra de dólares, el aumento del gasto público, y diversos tipos de subsidios tanto a la industria como a los servicios públicos. Durante sus dos períodos el PBI creció de US$329.000 millones a US$548.000 millones en el 2014.[7]
En las elecciones presidenciales de 2015, el macrismo venció al peronismo-kirchnerismo por balotaje. Fue elegido presidente el político, ingeniero, ex-dirigente futbolístico y empresario Mauricio Macri (quien fue también presidente del Club Atlético Boca Juniors entre 1995 y 2007, Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de 2007 a 2015), por parte de Propuesta Republicana (PRO) con la alianza electoral Cambiemos, primero perdiendo con el 34% en primera vuelta pero ganando con el 51% de los votos en segunda vuelta; contra el candidato peronista-kirchnerista, Daniel Scioli, que obtuvo el 48% en primera vuelta, y 37% en segunda vuelta.
Su presidencia inició una etapa de cambio completo de la orientación que habían tenido hasta ese momento las políticas de los gobiernos kirchneristas, porque no solo aplicó una serie de medidas como la desregulación del mercado financiero para la libre adquisición de moneda extranjera[17]sino también rebajas a las retenciones a las exportaciones de la soja y otros cereales,[18] así como a las exportaciones mineras; lo que condujo a un leve ascenso del PBI y la inflación; así como la actividad productiva del país y el aumento pro de la deuda externa.
A comienzos de enero del 2016, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue modificada por Decreto de necesidad y urgencia de Mauricio Macri,[19] flexibilizando sus normas antimonopólicas pero beneficiando a los principales medios masivos de comunicación del país afines al gobierno.[20]
En marzo del mismo año ocurrió el Tarifazo del 2016, en donde el ministro de transportes Guillermo Dietrich anunció el aumento y dolarización de las tarifas de agua, energía eléctrica, combustibles y transporte público previo a los festejos del Bicentenario de la Independencia Argentina, siendo así el mayor aumento de las tarifas de la historia reciente, generando una amplia indignación en la población argentina.
En 2017, la presidencia de Mauricio Macri impulsó una reforma del sistema de jubilaciones y pensiones[21] conocida como la Reforma Previsional, siendo aprobada por el Congreso de la Nación Argentina el 19 de diciembre de ese mismo año. Esta reforma alcanzó a adultos mayores jubilados; pensionados, beneficiarios de las asignaciones sociales y familiares; de la Asignación Universal por Hijo, e inclusive a los veteranos de la guerra de las Malvinas.
Según sus proponentes, los objetivos de esta reforma fueron "aumentar la sustentabilidad del sistema jubilatorio y facilitar la reducción del déficit fiscal y la inflación", pero en contrapartida recortó las jubilaciones del 3 al 8%, así como el presupuesto a la seguridad social por unos AR$72.000 millones de pesos (aproximadamente 4100 millones de dólares). Esto desencadenó masivas protestas y movilizaciones con cacerolazos en rechazo a la nueva fórmula en todo el país, pero fueron reprimidos por Gendarmería Nacional, bajo órdenes de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. En 2018 los montos de las jubilaciones y pensiones perdieron 19,2% de poder adquisitvo, los haberes subían un 28,4%,[22] y el índice de precios al consumidor aumentó un 47,6%.[23]
El gobierno de Mauricio Macri decidió pagar a los especulativos fondos buitre, que estaban en litigio con la Argentina, por cifras mucho mayores a las demandadas por los mismos; Un primer pago fue de US$9300 millones, cuestionado en la Justicia,[24] diendo lugar a una «tercera generación», una nueva tanda de demandantes con bonos que no ingresaron a los canjes de deuda previos.[25]
En menos de dos años (entre diciembre de 2015 y junio de 2017) la deuda emitida por el gobierno de Mauricio Macri fue de casi US$100.000 millones de dólares,[26] alcanzando así la cifra de US$216.351 millones de dólares en diciembre de 2017.[27]
En 2018 se produjo una fuga de capitales, causando la devaluación del peso argentino en un 135%.[28] Esto llevó al gobierno a volver a negociar con el Fondo Monetario Internacional con deuda por un valor de US$55.000 millones de dólares, el mayor crédito otorgado por el ente en su historia, generando un aumento considerable de la deuda externa. En 2019 ocurrió una segunda fuga de capitales, reportadas como la más gigante de toda la historia argentina[29]. Esto ocasionó otra devaluación del Peso a un 50%, alcanzando una fuga total de US$26.870 millones de dólares, generando que el gobierno macrista volviera a establecer el «cepo cambiario», como modelo kirchnerista pero con mayores restricciones.
En las elecciones presidenciales de 2019, Mauricio Macri buscó la reelección, pero fue vencido por el candidato peronista Alberto Fernández, acompañado por Cristina Fernández de Kirchner como candidata a Vicepresidenta, en donde obtuvieron el 48% de los votos.
Finaliza con la victoria de Javier Milei en las elecciones presidenciales de 2023, un candidato por fuera de las ideologías que dominaron la política argentina durante estas dos décadas.