Historia del servicio eléctrico del Gran Buenos Aires
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La historia del servicio eléctrico del Gran Buenos Aires es la historia de las empresas que han prestado ese servicio a la Ciudad de Buenos Aires y el área urbana que la rodea. Desde que se instalaron los primeros generadores de electricidad a fines del siglo XIX, la generación, transmisión y distribución de electricidad en el área de Buenos Aires fue realizada por distintas empresas y a través de distintas modalidades.
El Gran Buenos Aires no solo constituye la mayor agrupación de personas de Argentina, con casi 13 millones de habitantes que representan aproximadamente un 30% de la población total, sino también la mayor concentración industrial y económica del país.
A partir de 1907 se impuso un sistema de concesiones controladas por monopolios privados extranjeros, que se caracterizó por la ineficiencia y la corrupción. Las empresas monopólicas concesionarias fueron CATE (Compañía Alemana Transatlántica de Electricidad), CIAE (Compañía Ítalo Argentina de Electricidad), CHADE (Compañía Hispano Argentina de Electricidad) y CADE (Compañía Argentina de Electricidad). Entre 1958 y 1991 actuó también la empresa estatal SEGBA (Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires). CATE-CHADE-CADE fueron nombres sucesivos que adoptó la misma empresa, al cambiar la composición del capital.
El sector eléctrico argentino fue completamente rediseñado en la década de 1990, siguiendo los principios de privatización y desregulación de los servicios públicos que estuvieron en boga en esa época.[1][2] Hasta ese momento el sector eléctrico argentino había operado con un diseño de integración vertical en empresas tanto públicas, como privadas y cooperativas.[3] El nuevo régimen dividió el sistema en tres subsectores horizontales independientes: generación, transporte y distribución.[3] Mientras el subsector de generación funciona bajo condiciones de libre competencia, los subsectores de transporte y distribución fueron organizados como servicios públicos que deben ser prestados por empresas privadas monopólicas.[3]
En Gran Buenos Aires la distribución quedó a cargo de tres empresas monopólicas privadas (EDESUR, EDENOR y EDELAP), que han generado insatisfacción en la población.[4] La generación de la electricidad la realizan unas 55 empresas, en su mayoría privadas, interconectadas desde 2006 a través del Sistema Argentino de Interconexión (SADI). El transporte de la electricidad se realiza mediante dos subsistemas, el Sistema de Transporte de Energía Eléctrica de Alta Tensión (STAT), monopolizado por la empresa privada Pampa Energía y el Sistema Troncal (ST), dividido en cinco troncos regionales, cada uno de ellos monopolizado por una empresa; el transporte troncal para Buenos Aires y AMBA, corresponde a la empresa Transba.
El sistema se ha cartelizado progresivamente y hacia la segunda década del siglo XXI, tres grupos económicos controlan la mitad de la demanda y de los usuarios.[5] Los tres principales grupos empresarios del sector son Pampa Energía, conducido por Marcelo Mindlin, el Grupo Pagano, conducido por Rogelio Pagano un exempleado de Marcelo Mindlin, que en pocos años se volvió multimillonario como representante de una serie de empresas offshore cuyos principales accionistas se desconocen,[6] y el Grupo Sadesa, dirigido por Nicolás Caputo, controlante minoritario de Edesur.[5] El grupo económico del presidente Mauricio Macri (mandato 2015-2019) y su familia, ingresó durante su mandato al negocio eléctrico y ha sido denunciado por beneficiar ilegalmente a las empresas del sector.[7]