Prensa obrera
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La Prensa Obrera en España entre los años 1918 y 1936 era un medio de comunicación que vivía al borde entre la legalidad y la clandestinidad. Los órganos anarquistas o comunistas eran perseguidos, mientras que los socialistas eran tolerados por el régimen gracias a la colaboración del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y de la UGT (Unión General de Trabajadores)
La Prensa Obrera era un instrumento importante para la difusión de ideas y la organización del movimiento obrero, pero también era objeto de persecución y censura por parte del régimen.
Durante este periodo, la prensa obrera fue testigo de importantes acontecimientos históricos, como la huelga general de 1917, que paralizó a toda la prensa madrileña. Durante la huelga, solo apareció Nuestro Diario, confeccionado por los huelguistas. La huelga general de 1917 fue un hito importante en la historia del movimiento obrero en España, y la prensa obrera desempeñó un papel importante en la difusión de las ideas y la organización de la huelga. Este avance de la prensa obrera fue la expresión del movimiento ascendente de los trabajadores en su organización y claridad ideológica. En los años siguientes, se acentuó este avance. En la década que va de 1916 a 1926, se fundan 139 periódicos, lo que da un promedio de más de 13 por año.[1]