Reforma agraria peruana de 1969
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La reforma agraria peruana fue un proceso en el Perú con respecto a la propiedad de la tierra, por el cual fueron promulgadas tres leyes de reforma agraria en los años 1963, 1965 y 1969, después de tomas de tierra por el movimiento de campesinos a inicios de los años 1960. Mientras que la primera reforma fue limitada a la provincia de La Convención en el departamento del Cusco y la segunda tuvo efectos muy limitadas, la tercera, aplicada por el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada liderado por Juan Velasco Alvarado, eliminó el gamonalismo, las haciendas y el peonaje. A partir de 1969, el gobierno peruano implementó una serie de medidas con el objetivo de transformar el panorama social del país, a través de un cambio en el sistema de distribución de la riqueza, particularmente del régimen económico y el de propiedad de la tierra. Una de tales medidas fue la promulgación del Decreto Ley n.º 17716 (Ley de Reforma Agraria) el cual tenía el objetivo de transformar la estructura de titularidad de tierras del país y sustituir los regímenes de latifundio y minifundio por un sistema de redistribución equitativa de la propiedad rural.[1] La reforma agraria se llevó a cabo a través de expropiaciones de predios rústicos. Dichos terrenos —cuyos propietarios eran tanto personas naturales como jurídicas— pasaron en un primer momento a ser de dominio estatal, y luego fueron distribuidos entre campesinos y pequeños agricultores organizados en cooperativas y sociedades agrícolas.[2] Las personas expropiadas obtuvieron el derecho a ser indemnizadas según una tasación realizada por el Estado, y sobre la base de un justiprecio cuyo pago era imperativo por mandato constitucional.[3]