Arreglo de partidos
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En los deportes organizados, el arreglo, amaño o de partidos o fraude deportivo,[1] es el acto de jugar un partido o intervenir en el desarrollo de una prueba deportiva con la intención de lograr un resultado predeterminado, violando las reglas del juego y, a menudo, la ley. La CONMEBOL define el amaño de partidos como cualquier influencia o alteración intencional, directa o indirectamente (a través o en conjunto con terceros), por un acto u omisión, del curso, resultado de un partido o competición, con el propósito de obtener ganancias financieras, ventajas deportivas o cualquier otra.[2]
Hay muchas razones por las que se pueden producir amaños de partidos, como recibir sobornos de corredores de apuestas o apostadores deportivos, o chantajes. Los competidores también pueden tener un mal desempeño intencional para obtener una ventaja futura, como una mejor selección en procesos de draft o para enfrentarse a un oponente más fácil en una ronda posterior de una competición. Un jugador también podría jugar mal para manipular un sistema de hándicap.[3]
El amaño de partidos, cuando está motivado por juegos de apuestas, requiere contactos (y normalmente transferencias de dinero) entre apostadores, jugadores, dirigentes y/o árbitros. Estos contactos y transferencias a veces pueden descubrirse y dar lugar a un enjuiciamiento por parte de la ley o de la(s) liga(s) deportiva(s). Por el contrario, perder para obtener más adelante una ventaja es algo interno del equipo y muy difícil de probar. A menudo, se citan las sustituciones hechas por un entrenador diseñadas para aumentar deliberadamente las posibilidades de perder del equipo como el factor principal en los casos en que esto se ha alegado (haciendo que los jugadores clave se queden fuera usando lesiones mínimas o difícilmente verificables como excusa, en lugar de ordenar a los jugadores que realmente están en el campo que intencionalmente se empleen con un rendimiento inferior al habitual).
Según Sportradar, una empresa que monitorea la integridad de los eventos deportivos en nombre de las federaciones deportivas, hasta el uno por ciento de los partidos que monitorean muestran patrones de apuestas sospechosas que pueden ser indicativos de amaño de partidos.[4]