Caldero de Gundestrup
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El Caldero de Gundestrup (en danés, Gundestrupkarret) es un recipiente ritual ricamente decorado realizado en plata, que se cree que data de entre el año 200 a. C. y el 300 d. C.,[1][2] o más concretamente entre el 150 y el 1 a. C.[3] Esto lo coloca dentro del período La Tène tardío o principios de la Edad de Hierro romana. El caldero es el ejemplo más grande conocido de platería de la Edad de Hierro europea (diámetro: 69 cm (27,2 plg); altura: 42 cm (16,5 plg)). Fue hallado cerca de la aldea de Gundestrup en la parroquia de Aars de Himmerland, Dinamarca (56°49′N 9°33′E).[4][5][6] en 1891, bajo el lecho seco de una turbera, desmontado con las otras piezas apiladas dentro de la base, en cinco piezas rectangulares y largas, siete más cortas y una redonda. Sophius Muller reconstruyó las piezas para lograr el caldero tal como se ve en la actualidad. Cada placa rectangular estaba realizada en plata casi pura (97%) y repujada con variados motivos animales, vegetales y antropomórficos.
Se encuentra depositado en el Museo Nacional de Dinamarca, en Copenhague, la capital de Dinamarca, siendo una de las más célebres piezas arqueológicas depositadas en dicho Museo.[7] Existen al menos tres reproducciones del caldero en distintos museos franceses; el galorromano de Fourvière en Lyon, el de la civilización céltica de Bibracte (Saona y Loira) y en el Arqueológico de Dijon. En la temporada 2015–16 estuvo en el Reino Unido, en una exposición itinerante llamada The Celts («Los celtas»).[8]
El caldero no está completo, y hoy está formado por un fondo en forma de copa, redondeado, que forma la parte inferior del caldero, usualmente llamado el plato o placa base, sobre el cual hay cinco placas interiores y siete exteriores; habría faltado una octava placa, hoy perdida, para completar el caldero, y solo se conservan dos secciones de un borde redondeado en lo alto del caldero. La placa base es suave y sin decorar, en el interior y fuera, aparte de un medallón redondo decorado en el centro del interior. Todas las otras placas están muy decoradas con repujada, martilleada desde abajo para sacar afuera la plata. Se usaron otras técnicas para añadir detalle, y hay amplio dorado y cierto uso de piezas incrustadas de vidrio para los ojos de las figuras. Se encontraron otras piezas de ajuste. En conjunto pesa poco menos de nueve kilos.[9]
A pesar del hecho de que este objeto se encontró en Dinamarca, probablemente no se hizo allí, ni cerca; incluye elementos de artesanía gala y tracia, en su metalurgia e imaginería. Las técnicas y elementos del estilo de los paneles se relacionas estrechamente con otras piezas de plata de Tracia, mientras que gran parte de lo representado, en particular las figuras humanas, se relacionan con los celtas, aunque los intentos de relacionar las escenas estrechamente con la mitología celta siguen siendo controvertidos. Otros aspectos de la iconografía derivan de Oriente próximo.[10]
La hospitalidad a gran escala fue probablemente una obligación para las élites celtas, y aunque los calderos eran por lo tanto importantes objetos de metalurgia de prestigio, usualmente eran más sencillos y pequeños que este. Este es excepcionalmente grande y elaborado sin ningún paralelo cercano, excepto un gran fragmento de un caldero de bronce que también se encontró en Dinamarca, en Rynkeby;[11] sin embargo, los excepcionales depósitos de humedales en Escandinavia han producido una serie de objetos de tipos que fueron probablemente en el pasado comunes, pero de los que no han sobrevivido más ejemplos. Se ha discutido mucho, por los estudiosos, y representa una demostración fascinantemente compleja de muchas de las corrientes cruzadas el arte europeo, así como un inusual grado de narrativa para el arte celta,[12] aunque no es probable que lleguemos alguna vez a entender por completo su significado original.