Gobierno de José Rufino Echenique
administración presidencial peruana de 1851 a 1855 / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
El gobierno constitucional de José Rufino Echenique en el Perú empezó el 20 de abril de 1851 y terminó el 5 de enero de 1855, como consecuencia de un golpe de Estado tras una guerra civil.
Presidente Constitucional de la República Peruana | ||
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(1851–1855) | ||
José Rufino Echenique | ||
Gobierno del Perú | ||
Presidente | José Rufino Echenique | |
Período | ||
Inicio | 20 de abril de 1851 | |
Término | 5 de enero de 1855 | |
Cronología | ||
Elección | 1851 | |
Predecesor | Ramón Castilla | |
Sucesor | Ramón Castilla | |
El general José Rufino Echenique fue elegido en las elecciones de 1851, consideradas como las primeras elecciones verdaderas del Perú, cuando habían ya transcurrido treinta años del inicio de la República. Fue un gobierno conservador, que recibió la oposición de los políticos liberales, pero no tuvo mayor trastorno hasta el estallido de la revolución de 1854.
En el aspecto económico, dio leyes y decretos para impulsar el comercio y la industria; continuó con la explotación a vasta escala del guano de islas, contratando con varias firmas de consignatarios; convirtió la deuda externa inglesa, conservando de esa manera el crédito del país; arregló la deuda de la independencia con los países de la antigua Gran Colombia (Ecuador, Nueva Granada y Venezuela); propició el pagó de un millón de pesos a los herederos del Libertador Bolívar, según lo comprometido en el Congreso peruano de 1825. También continuó el pago de la deuda interna, llamada la Consolidación, dando lugar a agudas críticas, pues se le acusó de haber permitido el enriquecimiento ilícito de muchas gentes de manera fraudulenta.
Con el respaldo proporcionado por los ingresos de la venta del guano de islas, el gobierno de Echenique continuó el progreso material iniciado por su antecesor, el presidente Ramón Castilla. Construyó el ferrocarril de Tacna a Arica; promovió la navegación y colonización de la región amazónica; trajo ingenieros de Europa para que trabajaran en el Perú en un vasto plan de obras públicas, que incluía irrigaciones para ampliar la frontera agrícola; construyó o mejoró los muelles y aduanas de los principales puertos; construyó caminos y puentes en toda la República; y contrató en Italia la construcción de las estatuas de Colón y Bolívar, para ornar los espacios públicos de Lima, las cuales llegaron en el siguiente gobierno.
Continuó también con el fortalecimiento del ejército y la armada iniciado por su antecesor Castilla. Mandó a construir en Inglaterra la fragata a vapor Apurímac, y las goletas Tumbes y Loa. La marina de guerra llegó a contar con 17 unidades, siendo una de las más poderosas de Sudamérica. Durante este mandato ocurrió el sacrificio del marino Juan Noel.
En el aspecto internacional, defendió con éxito la soberanía peruana en las islas Lobos (costa norte), amenazada por la presencia de ingleses y estadounidenses que querían explotar el guano aduciendo que dichas islas eran “tierra de nadie”. Enfrentó también el incidente provocado por la “Expedición Flores”, cuando el expresidente de Ecuador Juan José Flores armó en el Perú una expedición para invadir dicho país, la cual concluyó en fracaso. Inició la delimitación de las fronteras del Perú al celebrar en 1851 un convenio de comercio y navegación con el Brasil, por lo que se otorgó territorios a dicho a país en la frontera norte colindando con el río Amazonas, a cambio de libre navegación y comercio por dicha vía fluvial. Con Ecuador hubo una discusión diplomática en la que por primera vez el gobierno peruano usó en la defensa de la posesión de su territorio el texto de la Real Cédula de 1802 recientemente ubicado luego de estar perdido en los archivos. Y con Bolivia hubo una seria tensión debido a la inundación en el sur peruano de moneda boliviana feble (de baja ley) que abiertamente promovió el gobierno de Manuel Isidoro Belzu, entre otros atentados que contra la regla diplomática que cometió este mandatario, lo que estuvo a punto de desencadenar un conflicto armado, llegando el Congreso peruano a dar al Ejecutivo autorización para iniciar la guerra.
Finalmente, el país se vio sacudido por el escándalo del pago de la deuda de la consolidación, lo cual, sumado al desinterés mostrado por Echenique en iniciar la guerra con Bolivia, provocó un levantamiento popular a la cabeza del cual se puso el expresidente Castilla, con el apoyo de los políticos liberales; por eso se le suele llamar también como la Revolución Liberal de 1854, aunque Castilla mismo no profesaba esa ideología. Se desencadenó así una guerra civil, en el transcurso de la cual, el gobierno revolucionario dio dos leyes trascendentales: la abolición de la esclavitud y la abolición del tributo indígena. La contienda concluyó el 5 de enero de 1855 con la derrota de Echenique en la batalla de La Palma, seguido de su derrocamiento y destierro.