Guerra castellano-aragonesa de 1429-1430
(1429-1430) conflicto en la península ibérica en el siglo XV / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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La guerra castellano-aragonesa de 1429-1430 enfrentó al rey de la Corona de Castilla Juan II ―alentado por su valido don Álvaro de Luna― con el rey de la Corona de Aragón Alfonso el Magnánimo, quien, con sus huestes y las de su hermano el rey consorte de Navarra el infante don Juan, entró en el reino de Castilla y León en defensa de las posesiones de la familia ―los infantes de Aragón― ante la amenaza del incumplimiento de lo acordado en el Tratado de Torre de Arciel de 1425. Las hostilidades se iniciaron oficialmente el 24 de junio de 1429, con la declaración de guerra del rey castellano Juan II, y finalizaron con la firma de las treguas de Majano de julio de 1430, que supusieron el reconocimiento de la derrota por parte de los reyes de Aragón y de Navarra. En virtud de lo acordado los infantes de Aragón, incluido el rey consorte de Navarra, perdieron todas las «tierras e vasallos» que poseían en Castilla, excepto unos pocos castillos.[2][3] Sin embargo, la paz definitiva no se alcanzaría hasta la firma de la Concordia de Toledo en septiembre de 1436.
Guerra castellano-aragonesa de 1429-1430 | ||||
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Miniatura que representa caballeros medievales en combate. | ||||
Fecha | 1429-1430 | |||
Lugar | Corona de Castilla | |||
Resultado | Victoria castellana. | |||
Consecuencias | Los infantes de Aragón pierden su poder en Castilla. Firma de las treguas de Majano y de la concordia de Toledo. | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Según el historiador Jaume Vicens Vives, «el responsable del conflicto de 1429 fue el condestable don Álvaro de Luna. Ello ya lo vio claramente el padre Mariana, aunque luego lo procurara desmentir la historiografía nacionalista castellana del siglo XIX. Convencido don Álvaro de que era preciso terminar con el partido aragonés en Castilla, dispuso su acción de tal manera, que, haciendo inevitable la guerra, pudiera culpar de ello a sus rivales y reunir a su alrededor a la mayor parte de los magnates castellanos, a los cuales pensaba dar satisfacción distribuyendo entre ellos el cuantioso botín de las posesiones de [los infantes] don Juan y don Enrique».[4]